Residencial Creta
Un proyecto basado en el color, la alegría y la combinación de elementos y texturas.
En la planta baja, nos encontramos con un salón y cocina en concepto abierto, donde la diversidad de materiales y el uso del color en techo y escaleras lo convierten en un espacio muy especial.
Queríamos, de alguna manera, unir visualmente el salón con la escalera, trabajada en madera de arce, y lo hicimos de forma sencilla y eficaz. Al ver que la base de la escalera estaba conectada arquitectónicamente con el forjado de la primera planta, decidimos potenciar esa continuidad aplicando el mismo color: un verde lima vibrante, lleno de energía, que sin duda se convierte en el protagonista de este espacio abierto.
Esto, deja clara las intenciones de la vivienda desde el primer momento: pasión por el color, por lo diferente. Lo vemos también en la cocina, una combinación de tres tonos muy potentes: salmón anaranjado, verde oliva y beige.
Una cocina portentosa, de casi seis metros de longitud, que equilibra perfectamente lo atrevido con lo práctico y funcional, aportando ese toque moderno y sofisticado que buscábamos para cerrar esta planta, que tanto hemos disfrutado diseñando y ejecutando.
Al subir la escalera, nos encontramos con un pasillo en forma de galería, que hemos tratado precisamente como tal: paredes blancas, sin exceso de decoración y cuadros de pequeño formato para crear un efecto tipo «museo», logrando un resultado elegante y atemporal, que funciona como nexo entre la zona de día y la zona de noche.
Por último, en los dormitorios, seguimos la misma línea marcada en la planta baja: mucho color, atrevimiento y diversidad de estampados, como se aprecia en el dormitorio principal y su baño en suite, totalmente empapelado y con un mueble de baño en un tono enérgico y lleno de carácter.












